Abuso fetal: una nueva forma de maltrato

// Salud Mental Perinatal
El Archive's of Women Mental Health ha publicado, este mes de octubre, seis casos de abuso fetal materno.

A diferencia del maltrato infantil, en el que se ha avanzado en su detección y en la activación de medidas de protección, no podemos decir lo mismo del abuso fetal. Aunque mucho más infrecuente, apenas hay literatura sobre estos casos.

Cinco autores de distintos países ponen en común su experiencia clínica para explicarnos seis casos no publicados de abuso fetal. Jennifer Kernreiter y  Claudia M. Klier, de la University of Vienna (Austria) describen tres casos, Ian F. Brockington, de la University of Birmingham (Reino Unido) dos y Keiko Yoshida, de la Iris Psychiatric Clinic (Japón) aporta el último. El equipo responsable de este estudio, que incluye también a Paula Fernandez Arias, de la Monash University (Australia) como primera firmante del trabajo, goza de una notable trayectoria en el mundo de la salud mental perinatal. Especial mención merece la figura del Profesor Ian F. Brockington, ampliamente reconocido por sus estudios e investigaciones sobre el vínculo materno-filial y, más recientemente, sobre la psicosis puerperal. Brockington nos ofreció la conferencia Maternal Mental Health and postpartum bonding disorders.htm en la VIII Jornada de Salud Mental Perinatal de la MARES en Barcelona.

El abuso fetal es poco conocido porque supone una transgresión de las normas culturales y sociales relativas a la feminidad y la maternidad. Tenemos el convencimiento de que una madre embarazada es completamente incapaz de ocasionar daño a un bebé que aún no ha nacido. Los mitos del amor materno incondicional y la maternidad como algo natural e instintivo para todas las mujeres se contraponen a la posibilidad de que estos hechos ocurran. Estos mitos pueden ocasionar estrés y aislamiento social en aquellas madres embarazadas que no desean la maternidad.

Se han descrito múltiples formas de abuso fetal con la finalidad de prevenirlas o abordarlas correctamente desde un enfoque biopsicosocial. El consumo de alcohol y drogas durante el embarazo es el tipo de maltrato que fue más destacado en la década de los noventa, cuando se observó que se estaba convirtiendo en un problema de salud pública. Años más tarde se señaló otro tipo de abuso fetal: darse puñetazos en el abdomen como respuesta a los movimientos fetales. Es importante destacar que los casos en los que se advirtió este comportamiento, las mujeres presentaban un cuadro ansioso-depresivo y se trataba de un embarazo no deseado.

La opinión de la ciencia

A lo largo de los años la investigación ha manifestado que hay una serie de factores que pueden ser antecedentes de abuso fetal, como los embarazos no planificados, los antecedentes psiquiátricos de la madre, la presencia de traumas, la negación del embarazo más allá de las 20 semanas o hasta el momento del parto y la ideación autolítica como respuesta a los movimientos uterinos del feto. Hay autores que han estudiado la relación entre la negación del embarazo y la presencia de traumas en la infancia. La negación del embarazo puede persistir hasta después del parto, sobre todo en mujeres que tienen una historia sexual traumática. Este parece ser un rasgo común en aquellas mujeres que practican maltrato fetal.

Desde el punto de vista de la psicología de la salud la prevención es una de las estrategias centrales para el abordaje del abuso fetal. En este caso toma especial relevancia la identificación de antecedentes de traumas no resueltos y dificultades subyacentes, con la finalidad de que el personal sanitario pueda hablar con estas mujeres de forma empática para ofrecerles la atención psicológica, social o legal que requieran. 

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