¿Convertirse en madre conlleva cambios cerebrales?

// Salud Mental Perinatal
Un estudio multicétrico publicado en la revista Psychoneuroendocrinology sugiere que el embarazo desencadena adaptaciones neuroanatómicas en el estriado ventral que maximizan la respuesta de las madres a las señales de la descendencia.

El embarazo implica una cascada hormonal que desencadena cambios adaptativos en el cuerpo y cerebro femenino, los cuales sirven para proporcionar cuidado y bienestar al feto. Del mismo modo, estos cambios facilitan la protección a los animales cuya supervivencia depende de la adecuada expresión del cuidado materno. 

Los estudios realizados con modelos animales ponen de manifiesto que los cambios en el valor hedónico asignado a las crías, juegan un papel central en el desencadenamiento de los impulsos maternos para cuidar de la descendencia. Mientras que las ratas hembras vírgenes rehúyen los olores de las crías, para las que acaban de reproducirse esto representa un reforzador de la conducta maternal muy potente.

El valor reforzador asociado a los estímulos vinculados a las crías está mediado por la activación del circuito de recompensa mesolímbico. Este conjunto de estructuras funciona transformando los estímulos biológicos relevantes en respuestas adaptativas que juegan un papel clave en la emergencia del comportamiento materno. En los animales que acaban de reproducirse ese sistema se activa con la exposición a estímulos relacionados con las crías. En respuesta a las señales de las crías se libera dopamina en el núcleo Accumbens, nodo central del circuito de recompensa mesolímbico que, como ya se ha explicado, actúa como reforzador de la conducta materna en aquellos animales que han tenido descendencia.

En humanos se han realizado numerosos estudios con técnicas de neuroimagen que han puesto de manifiesto que el estriado ventral, región donde se encuentra el núcleo Accumbens, se activa en las madres cuando estas están expuestas a imágenes o sonidos de sus hijos/as. Dicha activación correlaciona positivamente con la regulación emocional, la teoría de la mente e incluso la empatía. Estos hallazgos definen al circuito de recompensa mesolímbico como una parte crucial del cerebro materno. A partir de la evidencia disponible los autores del estudio hipotetizan que el embarazo conlleva modificaciones en el estriado ventral que se asocian a la respuesta funcional hacia los bebés.

Más específicamente, en estudios anteriores se ha observado que los cambios morfométricos que ocurren durante el embarazo son similares a los que se dan en la adolescencia, ya que en ambos momentos se ha identificado una correlación negativa entre el grosor de la materia gris en el córtex fronto-parietal y la magnitud de la activación de esta región; a mayor activación, disminución del grosor del córtex fronto-parietal. El mecanismo biológico que induce este cambio es desconocido, aunque parece ser que la poda sináptica tiene un papel relevante. Por lo tanto, los autores del estudio predicen que importantes reducciones en el volumen del estriado ventral  estarían relacionadas con una activación más potente en esta zona en respuesta a las señales de la descendencia.

La realización del estudio

Para llevar a cabo esta investigación se midió el volumen del estriado ventral de mujeres primíparas antes y después del embarazo con técnicas de resonancia magnética estructural. Los resultados se compararon con los obtenidos de un grupo control de mujeres sin descendencia en momentos temporales similares.

Con esta información se comprobó si los cambios volumétricos del estriado ventral inducidos por la gestación podían predecir las respuestas funcionales a las señales de la descendencia después del parto.

Este planteamiento perime comprobar por primera vez si el embarazo altera el volumen del estriado ventral en una mujer, y si estos cambios están asociados al circuito de recompensa mesolímbico, parte crucial del cerebro materno.

Los hallazgos

Los resultados del estudio indican que el embarazo modifica la anatomía del estrado ventral. Concretamente, se encontraron reducciones significativas en el volumen del estriado ventral derecho en mujeres embarazadas en comparación con las que no lo estaban. También se observó una tendencia a la disminución en cuanto al volumen del estriado ventral izquierdo. Estos efectos no se observaron para el estriado dorsal, lo que muestra que en este período los cambios son exclusivos del estriado ventral.

Cuando se examinó la activación funcional del estriado ventral, se encontró que los cambios en esta estructura durante el embarazo (reducción del volumen del estriado ventral derecho) están asociados con la respuesta a las señales de la descendencia. Además, estas variaciones sugieren que el circuito de recompensa de la mujer sufre cambios adaptativos durante el embarazo con la finalidad de facilitar la transición hacia la maternidad.

Las reducciones del volumen del estriado ventral pueden representar un marcador de especialización neural. Por ejemplo, en la adolescencia la reducción del volumen de la sustancia gris supone una redefinición y especialización de los circuitos cerebrales. Estos estudios revelan  un perfil similar de cambios anatómicos cerebrales durante el embarazo y la adolescencia apoyando la idea de que los procesos neurobiológicos de estos dos momentos vitales, en los que hay un gran cambio hormonal, son parecidos. Considerando la fuerte respuesta del estriado ventral a la descendencia de las mujeres, así como la relación entre las reducciones en el volumen y una mayor activación de esta estructura, los resultados apuntan a un proceso de especialización del sistema de recompensa cerebral qué mejora la reactividad a las señales de descendencia en el cerebro materno.  

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