Tabaquismo, psicopatología y salud materno-infantil

// Salud Mental Perinatal
Un estudio reciente de la Universidad de Santiago de Compostela (España) y de la University of Minho (Braga, Portugal) destaca que los efectos de la interacción entre el consumo materno de tabaco durante la gestación y la presencia de sintomatología ansiosa y/o depresiva incrementan el riesgo de complicaciones durante el embarazo y el parto, afectando así a la salud mental y física de la madre y del bebé.

El consumo materno de tabaco durante el embarazo se ha asociado a múltiples complicaciones del estado de salud de la madre y del bebé, incrementando así el riesgo de desarrollar patologías de la placenta, como rupturas o desprendimientos prematuros de las membranas, placenta previa, embarazo ectópico o una pérdida perinatal.  El riesgo de desarrollar complicaciones durante el embarazo y parto no solamente afecta a la madre, también puede afectar a la salud del bebé, provocando un parto prematuro o bajo peso en el momento del nacimiento. Además, el consumo continuado de tabaco durante la gestación también aumenta el riesgo de que se den restricciones del crecimiento intrauterino, muerte fetal, mortalidad perinatal (como el síndrome de muerte súbita y trastornos de la respiración), y malformaciones y retrasos en el desarrollo, en comparación con los bebés cuyas madres no consumieron tabaco durante el embarazo.

En esta línea, la literatura existente muestra que la presencia de ansiedad y/o depresión durante el embarazo se asocia a complicaciones similares a las producidas por el consumo de tabaco, como un mayor riesgo de padecer preeclampsia, estrés fetal y un parto prolongado, prematuro o instrumentalizado. De hecho, se ha podido observar que los factores psicológicos juegan un papel importante en el abandono del consumo de tabaco, por lo que la ausencia de depresión es un buen predictor para el abandono del consumo de tabaco durante la gestación.

Los estudios acerca del efecto del consumo de tabaco y la ansiedad o depresión durante el embarazo sobre la salud materna y del bebé no son abundantes, motivo por el que solo algunos han explorado este fenómeno. En cuanto a las gestantes diagnosticadas con depresión, la exposición al consumo de tabaco presenta un mayor efecto negativo sobre el peso del bebé en el momento del nacimiento, mientras que en aquellas que han sido diagnosticadas con un trastorno de ansiedad, el consumo de tabaco de ha asociado a un mayor riesgo de parto prematuro. No obstante, es importante destacar que la mayoría de los estudios que han evaluado las consecuencias sobre el estado de salud de la madre y del bebé del consumo de tabaco durante la gestación, se han centrado en comparar las fumadoras con las no fumadoras, dejando de lado el posible efecto que puede tener el hecho de abandonar el consumo de tabaco durante la gestación.

Teniendo en cuenta la evidencia expuesta anteriormente, el presente estudio pretende analizar los efectos de la posible interacción entre el consumo de tabaco durante el embarazo (clasificándolo en: consumo continuado durante la gestación, abandono del consumo durante la gestación o ausencia de consumo) y la ansiedad o depresión materna durante el primer trimestre del embarazo sobre la salud materna y del bebé.

El procedimiento

Para llevar a cabo este estudio longitudinal se reclutó una muestra de 807 mujeres en los centros de atención primaria de Galicia. Se recogieron los datos en tres momentos distintos: en el primer trimestre del embarazo, en el tercer trimestre y a los dos meses posparto. En el primer trimestre del embarazo se recogieron los datos sobre la ansiedad y depresión materna mediante las escala de Ansiedad Estado del cuestionario STAI y la Edinburgh Postnatal Depression Scale (EPDS), respectivamente, y el tipo de consumo de tabaco (consumo continuado durante la gestación, abandono del consumo durante la gestación o ausencia de consumo, ya que la evidencia más reciente indica que los mayores efectos adversos del tabaquismo sobre la salud del feto y el desarrollo se dan en el primer trimestre de la gestación. El consumo de tabaco también se evaluó en el tercer trimestre del embarazo y a los dos meses posparto mediante pruebas bioquímicas. En el primer trimestre también se recogieron los datos sociodemográficos, mientras que las variables relacionadas con el estado de salud y el embarazo se recogieron en el tercer trimestre de la gestación. Finalmente, la información relativa a la salud del neonato se registró a los dos meses posparto.

El tabaquismo, la ansiedad y la depresión impactan sobre la salud de la madre y del bebé

Los resultados obtenidos en este estudio han permitido encontrar una asociación entre el consumo materno de tabaco y la ansiedad y/o depresión durante el primer trimestre del embarazo. De hecho, el consumo de tabaco se asoció con tasas elevadas de ansiedad y depresión, tal y como sugiere la literatura existente. Por un lado, las mujeres que fumaron durante el embarazo fueron más propensas a presentar tasas elevadas de ansiedad y depresión en comparación con las que abandonaron el consumo en el primer trimestre de gestación y las no consumidoras. Por otro lado, en cuanto a niveles de ansiedad y depresión, no se encontraron diferencias significativas entre las mujeres que abandonaron el consumo de tabaco durante el embarazo y las no fumadoras. Estos resultados permiten destacar los posibles beneficios de abandonar el consumo de tabaco durante la gestación a favor de la salud mental prenatal de las gestantes.

El consumo materno de tabaco durante el embarazo se asoció con un mayor número de complicaciones durante el embarazo, parto y la etapa neonatal, como bajo peso en el momento del nacimiento. Son diversos los estudios que han mostrado que el tabaquismo durante la gestación puede conducir a cambios epigenéticos que afectan directamente a la salud de las madres y los bebés. Uno de los principales mecanismos es a través del impacto del monóxido de carbono. Este componente del tabaco puede causar una vascularización defectuosa, hipertrofia placentaria y/o hipoxia local, que mediante la reducción del flujo sanguíneo uterino puede incrementar el riesgo de complicaciones y crecimiento fetal restringido. Otro mecanismo de acción importante es el efecto de la nicotina sobre el organismo. Este componente, además de tener un efecto vasoconstrictor, también se ha relacionado con la activación de la enzima fosfolipasa A2, que se ha asociado con el aborto. No obstante, durante el posparto los efectos del tabaco sobre la salud no afectan exclusivamente a la madre, puesto que la nicotina puede ser transferida al recién nacido a través de la leche materna. Estos datos enfatizan el efecto negativo del tabaco sobre el embarazo. Contrariamente, no se identificaron diferencias significativas sobre la salud materna ni sobre el peso del bebé en el momento del nacimiento entre las mujeres que abandonaron el consumo durante la gestación y las no fumadoras. Estos hallazgos sugieren que el abandono del consumo de tabaco al inicio del embarazo puede disminuir el riesgo de sufrir problemas de salud durante este período vital.

Siguiendo este hilo, la presencia de ansiedad materna durante el primer trimestre del embarazo se asoció a complicaciones en el momento del parto, mientras que la depresión materna en este mismo punto de la gestación se asoció a complicaciones durante el embarazo. Estos resultados contribuyen a clarificar el potencial impacto diferencial de la ansiedad y depresión durante el embarazo y el parto, aspecto que en la literatura anterior ha permanecido ambiguo. Este fenómeno se puede explicar por diferentes mecanismos epigenéticos y endofenotípicos subyacentes que sostienen que tanto la ansiedad como la depresión pueden ser un estresor para las gestantes, estimulando así la activación del eje hipotalámico-hipofisiario-adrenal (HHA) que puede afectar al curso del embarazo. Igualmente, este proceso puede interferir en el desarrollo psicológico del recién nacido mediante el impacto del cortisol, la norepinefrina y la dopamina. Experimentar niveles elevados de ansiedad o depresión durante el embarazo puede contribuir a incrementar el cortisol y las catecolaminas, las cuales provocan cambios en el funcionamiento inmunológico y en el flujo sanguíneo uterino durante la gestación, hecho que incrementa el estado de vulnerabilidad.

Los hallazgos en los efectos de la interacción entre el nivel materno de consumo de tabaco y la ansiedad y/o depresión sugieren que hay tres tipos diferentes de interacciones. La primera, una interacción en la que el rol principal lo tiene el consumo de tabaco. En los resultados del efecto de la interacción entre el nivel materno de consumo y la ansiedad o depresión en las complicaciones del parto. La segunda, una interacción en la que la ansiedad y depresión tienen un papel primordial. La edad gestacional de los recién nacidos solamente se vio afectada cuando el consumo materno durante el embarazo se asoció a ansiedad o depresión, por lo que los recién nacidos de madres con un consumo continuado durante la gestación y niveles elevados de ansiedad o depresión nacieron con algunas semanas menos de gestación que los bebés de mujeres no fumadoras y sin ansiedad ni depresión. Y la tercera, una interacción en la que las mujeres que fumaron durante todo el embarazo y que tenían niveles más elevados de ansiedad presentaron más complicaciones en el momento del parto, en comparación con las fumadoras con niveles bajos de ansiedad. Este efecto podría ser explicado por la activación simultánea de mecanismo activados por el consumo de tabaco y los activados por la presencia de ansiedad. Este hallazgo sugiere que los efectos del consumo de tabaco durante la gestación pueden ser tan perjudiciales que la presencia de ansiedad o depresión no incrementarían los riesgos de complicaciones en el embarazo.

A modo de resumen, estos datos destacan la estrecha relación entre el consumo de tabaco, la presencia de síntomas psicopatológicos (ansiedad y depresión) y los resultados adversos en materia de salud.

Implicaciones prácticas

Los resultados de este estudio pueden ser aplicados a nivel práctico a fin de mejorar la atención sanitaria durante el embarazo, destacando la importancia de evaluar tanto el consumo de tabaco como los niveles de ansiedad y depresión durante esta etapa.

Uno de los motivos por los que los profesionales de la salud no aconsejan abandonar el consumo de tabaco al inicio de la gestación es porque estas mujeres podrían pasar por un síndrome de abstinencia que incrementaría los niveles de ansiedad. No obstante, abandonar el consumo de tabaco al inicio de la gestación reduce el riesgo de sufrir ansiedad y depresión durante el embarazo, así como otras afecciones médicas. Además, estos hallazgos destacan la importancia del abandono del tabaquismo, puesto que no solo puede ser beneficioso para la salud física y psíquica de la madre, sino también para la del recién nacido. Finalmente, los resultados arrojados pueden servir para aconsejar a las gestantes el abandono por completo del consumo de tabaco, en lugar de reducir el número de cigarrillos diarios.

Material utilizado para la elaboración de la noticia:

Pereira, B., Figueiredo, B., Pinto, T.M. & Mínguez, M.C. (2020). Effects of Tobacco Consumption and Anxiety or Depression during Pregnancy on Maternal and Neonatal Health. International Journal of Environmental Research and Public Health, 17(21), 8138. doi: 10.3390/ijerph17218138

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