Estrés y embarazo

// Salud Mental Perinatal
Los estados de ansiedad, depresión y estrés durante el embarazo chocan con las expectativas culturales poco realistas y alimentan una culpa excesiva en las mujeres que los sufren.

Los medios destacan frecuentemente los efectos nocivos que tiene el estrés materno en el feto, lo que lleva a las mujeres a creer que deben permanecer felices y serenas durante todo el embarazo, y que, si no lo logran, es culpa suya. "Siento que estoy rota. Soy la peor mujer embarazada de la historia".

Homeostasis, alostasis y carga alostática

Ciertos sistemas de nuestro organismo, como el pH de la sangre y la temperatura corporal, necesitan mantenerse dentro de unos determinados rangos para funcionar eficazmente, lo que entendemos por homeostasis. El estrés puede alterar este equilibrio que el cuerpo necesita. Para contrarrestar las amenazas, nuestro cuerpo moviliza el eje hipotalámico-hipófisis-suprarrenal (HPA), el sistema nervioso simpático y el inmunitario. Esta movilización es lo que se conoce como alostasis. Por ejemplo, el sistema nervioso simpático prepara al cuerpo para luchar o huir activando el corazón, los vasos sanguíneos y los músculos, mientras que el sistema inmunitario se prepara para responder a posibles heridas o infecciones. Movilizar estas respuestas de forma intermitente puede ayudar a mejorar la salud. Por ejemplo, el ejercicio es un ejemplo de alostasis saludable. Al igual que los retos físicos intermitentes, los retos cognitivos y/o emocionales intermitentes pueden promover la salud. Sin embargo, cuando los procesos alostáticos se movilizan repetida y crónicamente se puede producir una carga alostática, que, cuando es elevada, conduce a la desregulación fisiológica de varios de nuestros sistemas y nos puede llevar a enfermar.

El embarazo es en sí mismo un factor de estrés fisiológico que pone de manifiesto la vulnerabilidad a enfermedades cardiovasculares, diabetes, depresión y otras afecciones. Esto, sumado al estrés psicológico, las presiones sociales, la privación económica, el racismo, la discriminación de género o la exposición a la violencia puede producir una importante carga alostática que aumenta la probabilidad de resultados adversos en el feto.

Aunque se precisan mayores investigaciones que exploren la relación entre el estrés materno, el desarrollo del embarazo y la descendencia, los datos parecen indicar que no todo el estrés materno es tóxico, sino que depende de su intensidad y duración. Así, parece que el estrés intermitente leve o moderado, podría favorecer el desarrollo saludable del feto, mientras que estados de estrés más graves y prolongados se asociarían a resultados adversos.

Los trastornos psiquiátricos durante el embarazo pueden tener consecuencias negativas si no se tratan. Los riesgos de padecer un problema de salud mental durante el embarazo deben sopesarse con los riesgos derivados de los psicofármacos y/o la carga del tratamiento de la psicoterapia. Es importante que las mujeres reciban la información pertinente sobre los tratamientos, y sepan que, los efectos adversos del estrés pueden aliviarse con apoyo y prácticas saludables. Así, se debe entender el periodo perinatal como un momento oportuno para influir positivamente en la salud de las mujeres y su descendencia, a través de enfoques preventivos durante embarazo y posparto que ayuden a las mujeres a mantener una trayectoria más saludable a lo largo de sus vidas. Además, se debe atender a los factores sociales (privación económica, desigualdad de género y racismo) que pueden afectar al estrés materno.

Enlaces utilizados en la noticia:

 

Special Report: Stress and Distress During Pregnancy—How to Protect Both Mother and Child | Psychiatric News (psychiatryonline.org)

Depresión y ansiedad en embarazadas (scielo.org)

 

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