Embarazo y psicosis: cómo abordarlo

// Salud Mental Perinatal
El embarazo es un período en el que puede aumentar el riesgo de recaídas y complicaciones en mujeres con un trastorno psicótico. Por eso, es especialmente relevante que su psiquiatra pueda hacer un seguimiento mucho más próximo, a fin de detectar señales de alerta y de adaptar la medicación a esta nueva etapa. A continuación, hay una serie de recomendaciones orientadas a estos/as profesionales sanitarios/as.

La edad pico para la aparición de la esquizofrenia coincide con el pico de edad fértil en las mujeres, lo que engloba las edades comprendidas entre los 25 y 35 años. Ligado a este fenómeno, es habitual que mujeres con esquizofrenia manifiesten el deseo de ser madres o, directamente, estén embarazadas. En este momento se deben sospesar los riesgos que existen para la madre, como el aumento de las probabilidades de recaída y complicaciones de la enfermedad, y para el feto, como un posible aborto espontáneo o la teratogénesis, a fin de decidir si se quiere continuar con el régimen de tratamiento que esté siguiendo la madre. En el momento en que hay que tomar decisiones como la mencionada, es importante tener en cuenta los siguientes puntos:

  1. Lo más importante: no hacer cambios precipitados. Es especialmente relevante no detener el tratamiento farmacológico de manera repentina. Proceder de manera consciente y pautada es lo más recomendado.
  2. Discutir los riesgos existentes con la paciente. No existe una decisión libre de riesgos. Existen riesgos potenciales cuando no se trata la psicosis como cuando se trata con farmacología. Las madres con una psicosis no tratada presentan un mayor riesgo de suicidio y violencia, así como un peor autocuidado. La esquizofrenia puede ir asociada a un aumento del riesgo de resultados adversos en el nacimiento, como el parto prematuro, bajo peso al nacer y complicaciones neonatales. Es especialmente relevante evitar hacer declaraciones absolutas sobre determinados fármacos durante el embarazo; es necesario que haya un diálogo individualizado sobre los riesgos y beneficios para cada paciente y para cada medicación.
  3. Si es posible, implicar a la pareja y familia de la mujer en la planificación del tratamiento. La familia de la paciente puede ser un agente importante a la hora de promover la salud mental de la mujer durante el embarazo y el posparto. Educar a la familia y a la paciente respecto a los fármacos y a los riesgos de la enfermedad mental no tratada puede predecir el cumplimiento del tratamiento a largo plazo. 
  4. No confiar en la categoría de embarazo de un medicamento. Son muchas las dimensiones a tener en cuenta cuando se considera el uso de un antipsicótico durante el embarazo. Pueden aparecer preguntas como “¿Este fármaco aumenta el riesgo de aborto?, ¿De malformaciones?, ¿de parto prematuro?, ¿Teratogénesis?”. Querer encontrar una respuesta corta y rápida minimiza la comprensión de los resultados de la preocupación en las madres. En lugar de eso, se recomienda consultar el apartado de “Uso del fármaco durante el embarazo” que hay en el prospecto del mismo, así como consultar el sitio web “MotherToBaby” (enlace al sitio web: https://mothertobaby.org/).
  5. Trabajar conjuntamente con la/el obstetra de la paciente y/o médica/o de cabecera. Es imprescindible que haya acuerdo entre los profesionales de la salud mental, la obstetricia y la medicina de familia en cuanto al tratamiento de la mujer con psicosis. Los profesionales sanitarios que no se ocupan de la salud mental, por lo general suelen estar de acuerdo con las recomendaciones del/a psiquiatra, puesto que comprenden de los riesgos de no tratar a la paciente en comparación con los riesgos a los que se puede enfrentar la mujer. Por el contrario, si el/la profesional de la salud mental no se pone en contacto con los/as otros/as sanitarios/as la paciente puede recibir mensajes mezclados y erróneos.
  6. En cuanto a la elección de la medicación, el embarazo es el momento más importante para elaborar una historia de medicación cuidadosa para informar de la elección del fármaco. Es imprescindible informar sobre qué fármaco no resultó eficaz, cuál no utilizó la paciente, cuáles ha utilizado y con cuáles ha empezado, pero ha discontinuado.
  7. Determinar qué fármaco es el que mejor funcionó a la paciente en el pasado. Si un fármaco determinado funcionó bien a la paciente antes del embarazo, es probable que también lo haga en esta nueva etapa. Si parece que este fármaco es el más seguro, probablemente sea la mejor opción.
  8. Evitar la exposición a múltiples fármacos siempre que sea posible. Si la paciente está tomando una medicación determinada que funciona y comenta que está embarazada de 3 meses, normalmente suele ser mejor continuar con la medicación (asumiendo que se trata de un fármaco seguro) que cambiar a otra con mejores datos levemente mejores de eficacia. Cambiar a un antipsicótico diferente implica exponer al feto a un segundo agente que puede no funcionar para la madre.
  9. Focalizarse en abordar los síntomas actuales de la madre. Las dosis de medicación puede que cambien a causa de los cambios en los síntomas de la esquizofrenia de la madre durante el embarazo.
  10. Estar aleta para captar otros riesgos. Es importante tener en cuenta que las mujeres con psicosis normalmente se enfrentan a más riesgos que los originados por la medicación o por la propia psicosis. Las comorbilidades, como el consumo de sustancias tóxicas, la obesidad y el escaso cuidado perinatal también deben ser abordadas.
  11. Realizar un seguimiento más próximo a la paciente durante el embarazo. La gestación es un período de incertidumbre para cualquier madre primeriza. El/la profesional sanitario/a debe tener una línea de comunicación abierta con la paciente para dar respuesta a sus preocupaciones.
  12. Ofrecer psicoeducación sobre el posparto. El embarazo también es el momento en el que se debe educar a las pacientes sobre la importancia del sueño, de estar alerta a las señales de exacerbación de la psicosis y de la seguridad de la lactancia materna.
  13. Mostrar proactividad hacia pacientes que se encuentran en edad fértil, independientemente de si son sexualmente activas. Las mujeres con psicosis presentan tasas elevadas de embarazos no planificados. En el momento en el que se inicia el tratamiento para la psicosis en mujeres que se encuentran en edad fértil, antes que tratarlas con los fármacos más novedosos que no presentan datos sobre su seguridad durante el embarazo, es mejor empezar con una medicación que sea segura durante el embarazo. De este modo, si la mujer se queda embarazada el plan de tratamiento sería seguro y apropiado.
  14. En caso de que sea necesario, se puede consultar con un/a psiquiatra especialista en reproducción.

Enlace utilizado para la elaboración de la noticia:

Hatters-Friedman, S. & Reed, E. (2021). Treating psychosis in pregnant women: A measured approach. Current Psychiatry, 20(7), 34-35. doi: 10.12788/cp.0143

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